Anonymous somos todos

diciembre 10, 2010

Somos el enjambreHace unos días escribí una entrada donde comentaba lo que podía ser un error estratégico de WikiLeaks. Su organización, si bien con ciertos toques de horizontalidad, es más bien jerárquica y está estructurada en roles parcialmente diferenciados de fuentes primarias, revisores/analistas y coordinadores. Mi tesis es que si WikiLeaks quiere perdurar en Internet deberá mutar a enjambre, pues solo así será invulnerable a los ataques localizados que puedan lanzar contra ella.

A este respecto podemos encontrar una organización que es un verdadero enjambre, ejemplo paradigmático de algo como lo que defiendo: Anonymous. Anonymous es un enjambre porque no tiene líderes ni roles distintivos, claramente diferenciados o permanentes. Es tan vasto como la cantidad de internautas que deseen unirse a la causa. Es invulnerable a ataques concretos porque se puede reproducir en cualquier lugar de la red sin requerir las mismas personas o las mismas máquinas. Anonymous es invisible porque es abstracto e ilocalizable. Es la marea, una turba que arrasa implacable su objetivo. No existe individualmente, sino holísticamente. Es más que un grupo de personas específico y fijo: es una idea ligada a una actitud y a una acción concretas en un momento dado. Anonymous se encuentra latente en la Red y puede despertar o dormir espontáneamente según el ánimo de los usuarios. Es lo más parecido a la masa que puede existir en Internet, pero carece de sus principales desventajas: la ira ciega y la brutalidad indiscriminada.

Algunos miembros de Anonymous lo describen como un río, un torrente, una corriente inexorable; otros, como la conciencia viva de la Red. Anonymous emerge de la alineación de innumerables individualidades, todas ellas catalizadas por algún evento que, para una ética y sentido de justicia colectivos, merece respuesta. Así, comparte con los enjambres naturales la autoorganización, la emergencia y la acción local de sus miembros, y se diferencia de aquellos en que sus integrantes son eventuales o permanentes y su intercomunicación no es estigmérgica —basada en señales locales liberadas en el medio— sino más bien global e intermitente. Anonymous es un superorganismo, un movimiento espontáneo, un meme con la capacidad de afianzarse a medio plazo en la mente de los internautas.

En el futuro, quizás Anonymous solo sea una conciencia colectiva más de una rica fauna de entidades transindividuales —algunas de ellas integradas por vidas artificiales— que se desarrollarán, reproducirán y morirán en Internet. Como dijera el personaje de ficción Motoko Kusanagi: la Red es realmente vasta e infinita. Internet es un nuevo cosmos y aún está en su más temprana fase de desarrollo. Lo mejor de todo es que en este cosmos nosotros somos los creadores.

¿Anhelas un mundo mejor? La Red es la puerta y la llave.

Juan C. Valls

Puedes citar este artículo como:

Valls, J. C. «Anonymous somos todos», La prisión mental. URL: https://laprisionmental.wordpress.com/2010/12/10/anonymous-somos-todos/.